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TABLA DE AFINIDADES
Aportes de la Astrología sobre la 
ODISEA DE LOS ANDES

Por astr. Boris Cristoff
Calle Beyrouth 1272, Montevideo, Uruguay 
Tlf. (5982) 6008930, 6002819, E-mail: cristoff@adinet.com.uy 
La Tragedia y el Milagro de los Andes fue el de un grupo de uruguayos en el siglo XX que protagonizaron la mayor odisea de los tiempos modernos. Hace 2800 años el griego Homero describió la Odisea de Ulises después de la Guerra de Troya.

Esta vez, la nueva odisea ha sido la mayor narración de
la Epica después de Cristo. Sirva de ejemplo de su universalidad  que se han escrito quinces libros, cinco filmes, multitud de videos y montañas de notas periodísticas a lo largo de estos 38 años, los que no cesan de informar y ampliar el interés público.


Siete de los sobrevivientes al costado del fuselaje del avión 571 de la Fuerza Aérea Uruguaya
 
Hace ya 38 años en octubre de 1972, tuve la ocasión de servir de guía astrológico y creativo parasicológico a la familia Páez Vilaró, padres de Carlos Miguel Páez, uno de los rugbistas uruguayos cuyo avión cayó en la parte más intrincada de la cordillera chilena de los Andes.

Primero me consultó su abuela materna y luego su madre Madelón Rodríguez de Páez. Ya éramos conocidos desde mucho antes del accidente, lo cual enfervorizó mis deseos de serles útil en dos puntos esenciales: si Carlitos aún vivía, en caso positivo cuándo sería y en caso contrario, donde hallar sus restos en los Andes. Tuve mucho cuidado de no mezclar la predicción con la amistad a mis consultantes, cosa muy problemática entre los colegas.



La desaparición del avión fue el viernes 13 de octubre de 1972. Ocho días después del accidente se suspendió la búsqueda aérea de la aviación chilena, dándolos por muertos. Allí comenzó la búsqueda de los familiares, algunos de manera personal y otros de manera colectiva. La perspectiva no era halagüeña. Carlos Páez, el padre de Carlitos Miguel se fue a Chile prometiéndose no volver hasta agotar todas las posibilidades de búsqueda. El grupo principal de familiares adoptó el procedimiento lógico de búsqueda oficial. Unos vieron al astrólogo Boris Cristoff y otros a tarotistas.

La búsqueda oficial era la lógica, la búsqueda esotérica era la astrológica. La lógica se basó en datos lógicos. Se ubicó en el mapa la posición geográfica de acuerdo al último contacto radial que fue a las 15h28. Allí fue la fuerza aérea a buscarlos descartando otras zonas. Al no dar resultados positivos se fue ampliando los radios de acción durante una semana, para luego perderles confianza y abandonar toda búsqueda ¿Cuál fue el resultado de la búsqueda lógica? Cero. La lógica decía que no podían estar fuera de la zona del paso de costumbre, que después de días o meses de búsqueda no habría sobrevivientes en la montaña y que decía cosas que el Destino se olvidó de tener en cuenta, ya que Lógica y Destino nunca estuvieron de acuerdo.

La cosa más loca sucedió sin importar lo que opinaba la lógica. El avión no estaba en la zona lógica ya que adelantó el paso. Hubo sobrevivientes aunque la lógica experiencia decía que nadie antes salió con vida en caídas en Andes. Una tercera parte de los pasajeros sobrevivió durante 72 días sin alimentos normales a pesar que eso no era posible. Y además, la salvación dependió del deseo de vivir, de la cooperación de personas que ya pertenecían a un equipo deportivo siempre dispuesto a triunfar y más aún de la calidad de sus genes y sus edades.  


Paralelamente actuó la Astro-lógica, basada en la certidumbre de una Unidad Universal que permite basarse en el lenguaje de los astros, sincronizados con las vidas de las personas. El 17 de octubre, apenas cuatro días después del accidente, vino Madelón a consultarme. Hice la carta de Carlitos y de sus padres. A la primera pregunta le indiqué que Carlitos estaba vivo sin lugar a dudas. A la segunda pregunta le contesté que por esta fecha del año estaba sufriendo, pero que después de su cumpleaños, que sería el 31 de octubre, se repondría de su estado. Lo principal para ella fue la fecha en que volvería a ver a su hijo. Le predije que sería al mes siguiente de su cumpleaños, fin de noviembre o principios de diciembre.

La incredulidad saltó sobre su rostro ¿cómo podría estar con vida después de la caída de un avión en los Andes y sobrevivir helados y sin alimentos desde octubre hasta diciembre de 1972? Madelón eufórica, le informó sobre mis predicciones a Carlos Páez en Chile. Estas son sus propias palabras que figuran en su libro sobre los Andes:

“Madelón las extiende hacia la Astrología y consulta a Boris Cristoff, un astrólogo amigo mío, cuyos trabajos son muy respetados. Con la urgencia del caso, Cristoff construye tres cartas natales basadas en los datos que ella le da sobre nuestro hijo. En esos estudios asegura que ya estaba señalado que Carlitos Miguel sufriría un accidente y que sería encontrado con vida al mes siguiente de su cumpleaños. También que en los treinta días antes de esa fecha, pasaría momentos de gran crisis. Además los astros predicen que a partir del 1º de noviembre todo se va a clarificar”.


Carta natal de Madelón: 04/08/1932, 4h00,
Montevideo, Uruguay
Carta natal de Carlitos Miguel Paez 31/10/1953,15h00, Montevideo, Uruguay
 
Yo pregunté de nuevo a Madelón si la fecha y hora natales de Carlitos era segura. Al confirmar esos datos, volví a afirmarme en la misma fecha como la más posible para su salvación. A la tercera pregunta le contesté que a esta altura, la Astrología aún no había perfeccionado métodos espaciales para ubicarlo geográficamente. Pero le prometí ocuparme del asunto por otros medios.
 
Entonces Madelón me pidió que me comunicara a Holanda con mi amigo Gerard Croiset, el gran vidente del siglo, de modo a indagar sobre sus videncias. Para ello nos trasladamos a su casa en Carrasco, donde un familión nos esperaba sentado a la gran mesa del comedor y a punto de almorzar. Delante de ellos llamé por teléfono a Utrecht pero fue imposible porque en esos momentos se internaba para una leve intervención de hernia. Al dia siguiente Madelón se las arregló para hacerlo llamar desde la embajada holandesa. Croiset contestó que veia al piloto del avión de rostro redondo y una vena muy hinchada en su sien. Tal cual era el rostro del aviador Ferradás. Sobre el viaje de los rugbistas declaró “el avión se deslizó y luego chocó, veo vivos y veo muertos” Esa fue la realidad: el avión no chocó de primera sino que previamente se deslizó un trecho hasta luego chocar, resultando vivos y muertos. Pero sobre el lugar del accidente Croiset hijo dio muchos lugares y ningún acierto, los asistió con algunas predicciones esperanzadores, pero los paseó por muchos cerros sin resultado.

 

La franja color sepia de la 1ª figura y la linea roja de la 2ª figura (foto y dibujo) es la empinada senda que hicieron para llegar a lo civilizado.
 
Descartadas estas predicciones ahora quedaba lo único práctico y tangible: ubicar el lugar del accidente, salvar si hay vivos como predijo la astro- lógica o recuperar a los muertos como dedujo la lógica. Prácticamente para los familiares quedaba todo por hacer. Mi promesa de ocuparme del asunto fue viajar a Holanda para inspirar más al vidente, como antes me había sucedido con la búsqueda de los secuestrados por los tupamaros. Pero no hubo decisión para pagar los gastos del viajes y yo me quedé con una mano bajo la pera como la estatua del Pensador.
 
Acudí entonces a un buscador de agua español, un humilde ex portero del Club Español y ahora asilado en el Hospital Español, llamado Claudino Freigeiro. Había sido consultado por la abuela de los Páez sin éxito. Lo llamé para que viniera a visitarme pagándole la locomoción y aceptó. Al mismo tiempo la abuela o Madelón me trajo un plano de Chile de unos dos metros de largo que aún poseo, donde se ven con claridad todas las estribaciones y volcanes. Le pedí que buscara el avión con su varilla a lo largo de la cordillera de los Andes. Claudino protestó por su incapacidad para tener éxito en lo que yo le proponía, pero me basaba en las lecturas sobre otros buscadores de agua, que habían ubicado fuentes termales sobre un plano y no sobre el terrero real. Entonces le dije: “Dígame, usted me tiene confianza o cree que le hago perder el tiempo? Claudino se deshizo en disculpas y me dijo que yo gozaba de toda su confianza por la fama que yo tenía y que a su parecer  le merecía. Entonces tomó su varilla y pasando por la cordillera lentamente notó un salto a la mitad, que yo marqué con mi lápiz. Me miró y le pedí entonces que siguiera hasta el final y luego pasara en sentido contrario en toda su longitud. Al volver saltó de nuevo en el mismo lugar, terminando su recorrido por segunda vez.
 
Puse mi dedo índice sobre la zona del salto y medí con mi regla a escala del mapa, qué medida tenía la circunferencia ocultada por mi dedo. A escala eran 30 kilómetros y en el centro decía Volcán Tinguiririca. Se lo comunico de inmediato a Madelón, ella llama a Páez a Chile, quien apresurado les informa a los carabineros que busquen en esa área. La respuesta de la Fuerza Aérea fue que “si están ahí, ya están muertos” y no siguieron con la búsqueda.

La vista satelital de Google Earth indica en el centro el lugar de la caída del avión. 
Militares ayudando a un sobreviviente.

Si hubieran hecho caso, hoy los carabineros tendrían una enorme estatua en recuerdo de su hallazgo y proeza, pero el destino quiso que fueran los mismos muchachos que habían solucionado el tema de la alimentación, también tuvieran la proeza de salvarse ellos mismos, encontrando tras cinco días el camino de la salvación. Eso fue el 22 de diciembre de 1972, a sólo 22 días de mi predicción y en el justo lugar. El resto es ya todo historia. Muchos más datos hay en dos libros que me mencionan: “Viven” de Piers Paul Reed y en “Entre mi hijo y yo la Luna título inspirado por mi, que mencioné la Luna que salvó a Carlitos. Así terminó mi asesoramiento astrológico y mi creatividad parasicológica. Que sirva para el futuro
noviembre de 2010
Rev. Dig. UNIVERSO Nueva Era

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